"El ascetismo es la purificación progresiva y esfuerzo constante para conseguir un ideal moral y agradar a Dios"
"El monacato se considera como una denuncia profética, como reacción ante una vida degradada"
La Constitución dogmática Lumen Gentium en su numeral 43 nos dice que "la vida religiosa es un don concedido por Dios a su Iglesia". En la historia del cristianismo el monacato marcó un ideal, ya que aquel que optaba por este estilo de vida 1) se separaba del mundo, 2) hacia una opción particular por el seguimiento de Dios, 3) Tenía una vida en soledad y celibato, 4) Mantenía y practicaba la paz interior.
El monacato toma fuerza, desprendiéndose por distintos lugares del mundo; así por ejemplo en África con san Agustín quien habla de la interioridad en el monacato, diciéndonos: para ser un hombre auténtico hay que retornar al interior. Un sólo corazón y una sola alma hacia Dios.
La regla monacal que tiene como protagonista a san Benito constituyendo su gran mérito. En ella:
- Se define la vida monástica
- Precisa lo que es la oración y el oficio divino
- Trata temas disciplinares para mantener el orden
- Puntualiza la vida cotidiana en el monasterio
- Concretiza el tema de la clausura y la vida comunitaria
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